Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


144
Legislatura: 1858-1860 (Cortes de 1858 a 1863)
Sesión: 29 de marzo de 1859
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 84, 2.210
Tema: Continúa la discusión sobre el presupuesto de Fomento. Cap. 7: Gastos cría caballar. Cap.24: sobresueldos catedráticos

El Sr. SAGASTA: Estamos de enhorabuena, señores Diputados, porque la Comisión, sin duda después de grandes esfuerzos para producir economías, los ha proporcionado una en el capítulo que está puesto a discusión. Grande ha debido de ser el deseo de sus individuos, grandes los esfuerzos que ha hecho la Comisión para disminuir los gastos que en los presupuestos traídos al Congreso por el Gobierno venían consignados, cuando se ha detenido a suprimir en el capitulo 7.° que trata del material necesario para el fomento de una industria importante a nuestro país, 30.000 rs., asignados con este objeto a una provincia. Yo al ver esa economía me había dado la enhorabuena y se la daba también al Congreso al observar este ahorro; pero he advertido que por otro lado hay una diferencia entre el presupuesto que se ha presentado y el traído por el Gobierno, de 18 a 20 millones de reales; es decir, que se da como economía 30.000 rs. que se quitan a una provincia, y se aumentan por otra los gastos de los presupuestos en 18 o 20 millones de reales. Se hace una economía de uno y un aumento de 500. Esta es la verdad que hay entre la economía que la Comisión propone y el aumento que resulta en realidad. ¡Y qué economía! ¡Se trata de 30.000 rs.! ¿Y para qué son? Para la industria y fomento de la cría caballar en una provincia digna de la consideración del Gobierno y de la Comisión de presupuestos. A esa provincia se la quitan 30.000 rs. cuando el Gobierno la está debiendo más de 3 millones por adelantos que tiene hechos para obras del Estado, que si hubiera esperado a hacerlas con los auxilios del Gobierno, estaría, como dijo ayer muy elocuentemente el Sr. Romero Leal, en las mismas condiciones que se encuentra la de Extremadura. Se rebajan 30.000 rs. a una provincia que ha hecho tanto por el fomento de sus intereses materiales, que todo lo que tiene, y tiene algo, se lo debe a sus propios esfuerzos; que ha construido no sólo las obras que corresponden a la localidad, sino las del Estado adelantándole los fondos provinciales; a una provincia en fin, que, como he dicho antes, es acreedora al Estado por 3 millones de reales, se la viene a rebajar 30.000 rs. que es el importe de la mitad de las obras que se presuponen para construir un depósito de caballos padres.

Había empezado por darme la enhorabuena y por dásela a los Sres. Diputados. Pero economías de esta especie no merecen la enhorabuena; aumentar 18 o 20 millones de reales, quizás para gastos inútiles, para disminuir 30.000 rs. con un objeto reconocidamente útil, es el compendio de las economías que nos ha propuesto la Comisión. La provincia de Logroño había proyectado un depósito de caballos padres; se creía que las obras importaban 60.000 rs., y el Gobierno naturalmente abonaba la mitad del presupuesto; pero ahora viene la economía, y esos 30.000 reales, importe de la mitad de aquellas obras, desaparecen de este artículo sin saber por qué. Quizás diga la Comisión que suprime esa partida porque no están concluidos los planos de la obra; pero esto no es la verdad; están concluidos, sino que por la dilación que encuentran siempre los expedientes en las oficinas centrales del Estado, no se ha podido llevar a término en el año actual. Pero esos 30.000 rs., ¿por qué no quedan de todos modos en el presupuesto? Así, si el proyecto de la obra queda terminado en este año, la obra puede empezar inmediatamente, y si no se concluye, no se gasta y ahí queda.¡Ojalá que en todas las otras cifras del presupuesto se pudiera decir lo mismo!

Yo creo que la Comisión en esto se ha excedido en celo, y si ha querido buscar una especie de compensación de otros gastos, preciso es que se convenza que no lo ha podido logra, porque una economía de 30.000 rs. no puede compensar un aumento de 18 o 20 millones de reales, mucho menos cuando los 30.000 rs. son para una obra de utilidad notoria, y una gran parte de los 18 o 20 millones de reales será probablemente absorbida por el personal.

Convénzase, pues, la Comisión de que no puede haber esa compensación; que ni quitan ni ponen esos 30.000 rs. para el aumento que se ha producido; que si los planos no llegan a terminarse, o mejor dicho, el expediente de la obra no se termina en este año, los 30.000 rs. ahí quedarán para el año que viene; pero si llega a terminarse, como espero y como se debe, dejando consignada esa partida podrá realizarse la obra, que buena falta hace. Y téngase en cuenta que si no se ha llevado ya a cabo no es por culpa de la provincia de Logroño, sino por los inconvenientes que ha encontrado en las oficinas centrales esa provincia tan digna de la consideración del Gobierno, porque como he dicho antes, todo lo que tiene se lo debe a sí propia. La única carretera general, la, única obra que se lleva con fondos del Estado, hace veinte años que se empezó y todavía no se ha concluido; las demás las ha hecho la provincia: ella las conserva, ellas las repara, y ha construido la carretera más importante que puede atravesar aquel país y que pone en comunicación Cataluña y Aragón con las Castillas y une los dos mares, la carretera de la línea del Ebro.

La única obra pública general que se hace por el Estado, es la que se encuentra, como digo, retrasada, si bien me complazco en manifestar que el Gobierno actual, conociendo la justicia de las reclamaciones de aquella provincia, está dispuesto a adelantar los trabajos de esa carretera todo cuanto sea necesario, y yo espero, sean me han asegurado en el Ministerio de Fomento, que esa carretera, al menos por lo que del Gobierno depende, y le doy gracias por esto, quedará terminada en todo este año. Ya era hora que se concluyese, cuando se trata de una provincia que obra de esta manera, cuando se trata de una provincia que de este modo se ha interesado por el desarrollo de los intereses materiales.

Yo ruego, pues, a la Comisión que no se separe en esto del Gobierno y que deje en el capítulo esa partida consignada para un objeto tan importante como es el fomento de la cría caballar. Si el expediente se termina en este año, consignados esos 30.000 rs., podrán emprenderse inmediatamente las obras; sino se terminan, ahí quedan como ya he dicho para el año que viene.



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL